Civil sector


Los bloques y ladrillos son probablemente el elemento prefabricado de hormigón con un mayor número de tipos, dimensiones, acabados superficiales (ranuras, puntas de diamante, acanaladuras, colores, etc.), dosificaciones, etc. – presentes actualmente en el mercado, por lo que resulta casi imposible resumir las ilimitadas posibilidades que ofrecen con la combinación de sus características funcionales como elemento clave del muro y su vertiente arquitectónica. Durante siglos, los materiales básicos de albañilería estuvieron constituidos por “la piedra natural”, con sus variantes de mampostería, sillería, etc., junto con “el ladrillo artificial” cerámico que tuvo su máximo auge a finales del Siglo XIX. Hasta llegado el Siglo XX con la aparición del hormigón armado, no se abrió paso el bloque de hormigón como elemento de albañilería, capaz de ampliar los campos de aplicación de los materiales tradicionales con un formato de mayores dimensiones, por sus múltiples posibilidades constructivas y arquitectónicas, basadas en la combinación con el hormigón armado con que se rellenaba su interior, logrando suplir con ventaja a las estructuras de fábrica cerámica de entonces, y ligándose más directamente con el tradicional lenguaje de la mampostería de piedra natural, con mucho menor coste.